Al principio no sabíamos nada de lo que era competir, ya los 6 años nos comentaron de una escuela de un pueblo cercano. Mi mujer apunto a Natalia, y allí empezó a iniciarse un baile de competición desde los 6-7 años.

 

Ahí empezó la aventura. ¡Nada fácil, absolutamente nada! Pero si con muchas satisfacciones. Sobre todo al ver la sonrisa de mi hija y verla reír y disfrutar.

 

Tardó 1-2 años en tener una pareja masculina, un niño de su edad (y fue suerte) puesto que es un deporte a día de hoy todavía un poco machista, creo: Si eres mujer o niña (lo siento si alguien se ofende) es lo que he vivido por mi parte con mi hija, y visto durante más de 10 años con otras niñas y niños.

 

Con esta parejita y en esta nueva academia llego el primer reto, y claro como padre os podéis imaginar (baile + competición + mi hija = adrenalina). Empezamos a competir en categorías territoriales, pero tengo que decir que esta etapa ha sido una de las más bonitas tanto para mí como creo para mi hija!

 

Porque, no conocíamos a nadie, no sabíamos de nada, éramos vírgenes en todo esto. No usar metas, solo íbamos a disfrutar, a reírnos, a viajar… y fue espectacular. Una etapa que, cuando ganaban y luego cenábamos en un McDONALDS, era como si hubieran ganado el campeonato del mundo! y después estuviéramos cenando en el Hilton!, para ellos y para mí era eso, fue una etapa preciosa.

 

Luego poco a poco, ya se sabe, se va subiendo el listón; tu hija va creciendo, mejorando, vas conociendo a mucha gente y ves que tu hija puede ir a más, y tú quieres más, huesos (baile + competición + mi hija = adrenalina) y después de que su pareja dejara el baile, pudo probar con un niño de otra academia, y nos fuimos a otro pueblo también cerca.

 

Ahí empezamos una andadura que fue más corta. Ya sabéis que también hay familias de bailarines y esto es complicado, unir todos los astros… aún así, en esa misma academia volvimos a probar con otro chaval y entrenando duro juntos; obtuvimos a disfrutar ya salir a competir.

 

Aquí empieza un poco a ir la cosa ya en serio… Con esta pareja, independientemente del nivel, tomo la decisión como padre de ir ya en serio e ir a una academia de alto nivel, para que mi hija se forme bien. Es allí, y después de 3-4 años, donde tras un par de parejas distintas empezaron a obtener resultados y estar a un buen NIVEL, y entrenando duro llegar a la semifinal del Campeonato de España, también fue una etapa preciosa, donde ya empezamos a cambiar de objetivos.

 

Hasta que un día, como buen padre, y ya metido de lleno en el mundo del baile después de 10 años, pregunto por un bailarín que llevo siguiendo hace tiempo… y en fin… hacen a una prueba, ya partir de ahí, crean una pareja increíble!, no solo en el ámbito del baile sino también en educación, constancia, trabajo, compañerismo… es increíble verlos trabajar tan duro con tan solo 16 años dia a dia y solo buscan objetivo:

 

 

 

DISFRUTAR BAILANDO!!!!